¿Preparado para una aventura subterránea? Descubre todo lo esencial y algún que otro truco para explorar la Cueva del Rull en Alicante.
La Cueva del Rull es una maravilla natural repleta de estalactitas, estalagmitas y formaciones caprichosas, ubicada en el interior de Alicante. Es un lugar perfecto para quienes buscan una escapada diferente a menos de una hora de Oliva, Moraira, Jávea, Benissa o Denia.
Gracias a su accesibilidad y visitas guiadas, es ideal para explorar en familia o con amigos, con rutas espectaculares en su interior, incluso cuando el calor aprieta en la costa.
La Cueva del Rull abre todo el año menos desde el 15 de enero hasta el 14 de febrero, y los horarios varían según la temporada, de abril a septiembre tiene un horario de 10:30 a 20:30, de marzo a octubre de 11:00 a 18:30, y de noviembre al cierre de 11:00 a 17:00.
El último pase es media hora antes del cierre, así que nada de entrar corriendo con la persiana bajando, y si eres un grupo tendrás que reservar previamente.
En cuanto a precios, mejor imposible. La entrada general son 4 euros, mientras para jubilados y menores de 14 años son 2,70 euros, y para los menores de 3 años la entrada es gratuita. Eso sí, ten en cuenta que todo es en metálico, nada de datáfono, porque la cobertura en la cueva es inexistente.
Las visitas son guiadas y tienen una estructura circular con unos 220 metros de recorrido y unos 19 metros de desnivel, duran unos 30-45 minutos y son aptas para todos los públicos, incluidos los espeleólogos de sofá.
La historia de la Cueva del Rull es digna de película. Fue descubierta en 1919 casi por accidente cuando un cazador local, Vicente Mengual Mas, apodado “el tío Rull”, perseguía un conejo que se escondió en un agujero. El hombre, lejos de abandonar su caza, se puso a escarbar y se encontró con una caverna monumental.
En los años 60, viendo el auge del turismo, “el tío Rull” decidió acondicionarla para el público, aunque fue a partir de los 90 cuando el ayuntamiento la rehabilitó y modernizó, haciéndola segura para los visitantes.
Geológicamente, la cueva se formó hace más de 5 millones de años, en plena era miocena, durante lo que podemos considerar la “adolescencia” del planeta. Está compuesta por conglomerados calcáreos, donde el agua ha ido erosionando, disolviendo y depositando minerales, dando lugar a un espectáculo de estalagmitas, estalagmitas, y otras formas.
Las distintas formas de la cueva, estimulan la imaginación de todos los públicos, desde los niños hasta los adultos, algunos hasta han visto algún que otro monstruo en sus formas.
Pero la magia no solo está en las figuras calcadas en sus piedras, sino en su temperatura, que ronda los 15ºC, con una humedad altísima. Así que si eres de los que sudan con solo mover una ceja, aquí lo puedes disimular por completo, porque todo el mundo estará igual que tú.
Una vez sales a la luz del día, sin necesidad de linterna frontal, la Vall d’Ebo y sus alrededores están repletos de visitas interesantes.
El barranco del Infierno, uno de los cañones más famosos de la Marina Alta, es ideal para senderistas y amantes de la fotografía de paisajes épicos. Pero si eres más de piscinas, en el río Ebo hay unas piscinas naturales perfectas para refrescarte en verano tras la excursión subterránea.
Si después de la visita a la cueva te apetece algo más cultural, el Museo Etnológico de la Vall d’Ebo te ofrece un recorrido por la historia local y las costumbres de los habitantes de alrededor. También puedes visitar la Iglesia de San Bartolomé, sus fuentes locales y las antiguas neveras de la zona.
Por otro lado, puedes visitar el Mirador de la Foradà, que ofrece unas vistas espectaculares de montañas y valles, ideales para selfies de altura. Y no olvides, el Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva, un paraíso de la biodiversidad a un tiro de piedra de la cueva.
Para hacer una vista en condiciones te recomendamos llevar calzado cómodo y cerrado, porque aunque la cueva esté acondicionada, el suelo puede resbalar. Y si eres de los más frioleros, te aconsejamos que lleves algo de abrigo, ya que hasta en verano hace fresquito.
No te puedes olvidar del pago en efectivo, porque dentro no hay nada de cobertura, además si eres un grupo llama antes para reservar.
Está prohibido tocar las paredes de la cueva. Lo que ves es el resultado de millones de años, así que nada de hacer esculturas nuevas. Así que, también está prohibido olvidarse de la cámara de fotos.
Por último, te recomendamos que planifiques tu día completo, ya que después de explorar la cueva puedes explorar otros rincones que harán que tu día merezca la pena.
La Cueva del Rull es ese plan perfecto si estás en Oliva, Moraira, Jávea, Benissa, Denia o alrededores y quieres ver algo más que la playa. Es una aventura que te ofrece la emoción de descubrir otra dimensión bajo la tierra, una lección entretenida y una oportunidad para desconectar del móvil.
Así que si quieres visitar la Cueva del Rull, los apartamentos en Oliva, Moraira, Jávea, Benissa o Denia te esperan para que descanses después de explorar cada rincón en tu aventura subterránea. Porque a veces la magia está bajo tierra y a un paso de tu alojamiento ideal.
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